La escena musical colombiana del rock en español sirve como escenario para descubrir la historia de Juancho, un inquieto joven que vive de forma vertiginosa su pasión por la música, los vinilos, las guitarras eléctricas y los bares de piso pegajoso donde se gestan los primeros sonidos de la adolescencia. Con un singular ritmo narrativo, penetramos el Bogotá de los noventas hasta que escuchamos el último acorde que sale del aliento del famoso Charly García: un personaje sui generis que ha estremecido a todo el cono sur con su música estridente, letras poderosas y gritos rasposos que rasgan hasta las bocinas. Esta historia, que podría estar escrita en la carátula de un viejo casete TDK, sucede en la Colombia que busca sacudirse el horror del polvo blanco y las armas largas a través de otro tipo de droga (y una que otra banda de capos argentinos) que es igual de fuerte y adictiva. Una que, aunque no se esnifea, sí penetra el cerebro entrando por los oídos y hace estremecer el corazón de millones de fieles: el rock & roll. En esta novela, el autor toma las riendas literarias para darle un final al estilo de Janis Joplin, Brian Jones, Sid Vicious o John Bonham; es decir, digno no solo de aparecer en las portadas de los medios sino de la forma en la que habría vivido. Una historia que podría estar escrita en la carátula de un viejo casete TDK, sucede en la Colombia que busca sacudirse el horror del polvo blanco y las armas largas, a través de otro tipo de droga (y una que otra banda de capos argentinos) que es igual de fuerte y adictiva. Una que aunque no se esnifea, sí penetra el cerebro entrando por los oídos y hace estremecer el corazón de millones de fieles: el rock & roll. Con drogas, sangre y punk pero también cariñosa, nostálgica y elegante. Un ejercicio literario que rescata con potencia y contundencia una de las épocas más queridas de la música en Latinoamérica para quienes amamos el Rock.