Sacudirse el miedo

Pertenecer a un sistema donde se espera que todos encajemos perfectamente bien en tiempo y forma, sólo para entender que eso es en sí mismo es imposible, nos ha presentado con otro tipo de problemáticas para enfrentarnos al paso del tiempo.
Ya salí, ¿ahora qué?

Pertenecer a un sistema donde se espera que todos encajemos perfectamente bien en tiempo y forma, sólo para entender que eso es en sí mismo es imposible, nos ha presentado con otro tipo de problemáticas para enfrentarnos al paso del tiempo.

En su libro «Ya salí, ¿ahora qué?», Gustavo Jordán nos sumerge en un viaje muy especial que parte desde su experiencia para regalarnos información que otras generaciones guardan de forma tan celosa. Cuando tecleas ‘¿Cómo hago mi CV?’ en la web, incontables páginas explican los pasos a seguir para redactar algo ‘de valor’ y conseguir ese empleo tan anhelado.

Un sinfín de artículos que buscan resumir todos los campos a considerar y explican cosas prácticas para sobrellevar una entrevista. Pero de lo escrito sobre el tema, ninguno aborda la siguiente afirmación: hazlo tuyo. Porque pese a que la disponibilidad de información está en la punta de los dedos, su abordaje es muy frío y sistemático, justo cayendo en la misma dinámica de querer meter a todos en la misma caja.

 Así ese hazlo tuyo se vuelve tan relevante. La empatía desde la experiencia es el principal pilar, de entre muchos otros elementos, que sostienen esta obra. La diferencia está en los detalles, Gustavo se ofrece como un guía vivencial que no afirma ser un experto, en cambio camina de la mano con su lector. 

Sus fantásticos consejos facilitarán el camino, seguro, ¿y después? No temas, aún te sostiene la mano en el aftermath de iniciar ese viaje; cómo buscar un lugar propio, consejos para que tu lugar de trabajo sea amable incluso cuando el ambiente del mismo pueda no serlo, cómo romper el hielo en lo social, cómo hacer un presupuesto con tu salario, cómo negociar de manera certera, asertiva y amable. 

El lenguaje y los gráficos también son de gran ayuda, su lectura se siente como una charla con una especie de hermano mayor accesible, nos ofrece la posibilidad de regresar a él cuantas veces sean necesarias e interactuar. Me gusta pensar que cuando este ensayo llega a las manos de alguien nuevo, lo hace para impulsar y cambiar la forma en que abordamos situaciones típicas ‘complicadas’.

Jordán nos enseña que, esta etapa usualmente denominada como estresante, puede resultar en algo maravilloso; una experiencia enriquecedora que rompe el círculo vicioso de buscar aparentar ser la persona de las respuestas y abrir ese paso para otros. 

El mundo cambia, entonces cambiemos con él, cambiemos el juego y sus reglas, demostremos que el adentrarnos en la vida adulta puede ser inevitable pero increíble. Lo percibo incluso como un parteaguas teórico-práctico-vivencial, el acercamiento al otro desde la contención es lo que no permite que este texto se mezcle con el resto que pretenden enseñar. Porque no es como los miles que existen allá afuera, es otro tipo de cobija, una realista y con soluciones; ese es el regalo.

Sí sucede, pero dame la oportunidad de mostrarte una forma de solucionarlo, puede no ser la mejor, pero espero que te ayude.’

Su estandarte es la imperfección informada, la documentación situacional y su narración desde una voz que intenta convertirse en universal. Presiento un nuevo movimiento donde el autor que busca ayudar a otros puede apoyarse y apropiarse de él.

Aprecio la oportunidad que les da a los lectores de sacudirse el miedo y atreverse a salir, me gusta sentir que desde su voz no sólo se proyecta la sabiduría, sino la familiaridad desde una experiencia humilde, con los pies en la tierra, pero con los ojos en el cielo. Que nos invita a apuntar alto y seguir… seguir… seguir y aprender con el andar. 

Así que hagamos camino. 

Escrito por Jennifer Bravo